Aprende Más sobre la Diabetes

¿Qué es la Diabetes Mellitus?

Es una enfermedad crónica pero tratable, que puede aparecer a cualquier edad, caracterizada por el aumento de glucosa (azúcar) en la sangre por encima del valor normal (hiperglicemia).
Esto se genera por una alteración en la secreción y/o acción de la insulina, hormona secretada por el páncreas y encargada de que la glucosa ingrese a las células de nuestro cuerpo y no supere el valor en la sangre, el cual en ayunas es entre 70-110 mg/dl.

¿Cuántas Diabetes existen?

· Diabetes tipo 1: Generalmente se inicia en edades muy tempranas, pero también puede comenzar en adultos. Las personas deben aplicarse insulina todos los días desde el inicio de la enfermedad, ya que el páncreas no la produce en forma suficiente.

· Diabetes tipo 2: Se inicia en edad adulta, después de los 40 años, y tiene una predisposición genética. Para su tratamiento se utilizan comprimidos (antidiabéticos orales), aunque después con el tiempo se necesita la aplicación de insulina en forma transitoria o permanente.

· Diabetes gestacional: Es un tipo de Diabetes que solo afecta a mujeres embarazadas. En la mayoría de los casos desaparece después del parto.

¿Cuáles son las causas?

En la mayoría de los casos la predisposición a tener Diabetes es heredada. Además existen posibles causas desencadenantes como:


· Sobrepeso u obesidad.
· Embarazo con más de 30 años de edad y sobrepeso.
· Infecciones virales.
· Medicamentos.
· Accidentes, enfermedad grave, operaciones.
· Estrés emocional.

¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas más relevantes son:

· Sed constante.
· Deseo frecuente de orinar.
· Aumento del apetito.
· Cansancio.
· Visión borrosa.
· Irritabilidad.
· Calambres.
· Descenso de peso.

Diabetes Mellitus Tipo 2
Aparece en la edad adulta, después de los 40 años, aumentando su frecuencia con la edad. Es el tipo de Diabetes más frecuente, constituyendo aproximadamente el 90-95% de los pacientes diabéticos. Existe una predisposición genética y un exceso de ingesta energética.

Puede deberse a:
Insulina insuficiente: El páncreas no produce suficiente insulina.

Insulina ineficaz: La insulina que se produce no funciona lo suficientemente bien como para llevar el azúcar en la sangre a los niveles normales, generando “Resistencia a la Insulina” o insulinoresistencia. La presión arterial alta, el colesterol malo, la inactividad física y el sobrepeso, están asociados con la resistencia a la insulina.

Complicaciones crónicas

La Diabetes produce daño en algunos órganos a lo largo del tiempo cuando no se logra mantener controlada la glicemia, generándose complicaciones crónicas.

Tener hiperglicemias constantes daña los vasos sanguíneos y los nervios. Esto acarrea daño grave e irreversible en distintos órganos:

· Ojos: Se produce la retinopatía, la que puede llegar a causar ceguera. Es importante que las personas diabéticas se realicen un examen llamado “Fondo de ojos” al menos una vez al año.

· Riñones: Los riñones filtran la sangre para eliminar los productos de desecho del cuerpo a través de la orina. El riñón enfermo va perdiendo esta capacidad, lo que puede llevar a una nefropatía o inclusive falla renal crónica. Es posible detectar el comienzo del daño al riñón con un examen de orina llamado “Microalbuminuria”, el cual detecta pequeñas cantidades de proteína en la orina y debe realizarse al menos una vez al año.

· Pies: Se puede generar pie diabético, la cual se caracteriza por una mala circulación de la sangre en las piernas y pies. La presencia de heridas es grave y frecuente, ya que las personas con Diabetes no sientes dolor en sus piernas. Por el daño de los vasos sanguíneos, las heridas curan muy lentamente y se infectan con facilidad, sus consecuencias son tan graves que pueden llevar a la amputación. Para evitar este tipo de lesiones se deben revisar los pies en los controles y tener un autocuidado permanente.

· Corazón y cerebro: El daño de las arterias impide el paso de la sangre a los distintos órganos. Las personas con Diabetes tienen mayor probabilidad de tener un infarto al corazón o un ataque cerebral. Las recomendaciones para evitar que esto suceda son: Mantener la presión arteria bajo 130/80 mm Hg, no fumar, mantener el colesterol total bajo 200 mg/dl y los triglicéridos bajo 150 mg/dl, mantener un peso adecuado.

Exámenes y autocontrol de la glicemia

La glicemia mide el nivel de glucosa que se encuentra en la sangre en el momento de tomar el examen. Las personas con Diabetes, en ayunas deben tener la glicemia entre 70 y 130 mg/dl y en 180 mg/dl después de comer. Bajo estos niveles se produce la hipoglicemia (bajo nivel de azúcar en la sangre). El nivel de azúcar puede descender por demasiada insulina en el cuerpo, porque se ha realizado más ejercicio de lo normal, por haber consumido muy pocos carbohidratos o porque se ha tomado demasiada medicación. Sobre los niveles mencionados anteriormente, se produce un aumento en los niveles de azúcar en la sangre (hiperglicemia).

La hemoglobina glicosilada informa sobre la glicemia que se tiene en la sangre en los últimos 3 meses. La hemoglobina se encuentra en los glóbulos rojos de la sangre, cuando la glicemia sube se une a ésta. Aunque vuelva a bajar la glicemia, la hemoglobina no suelta a la glucosa ya adherida. Se recomienda que se realice este examen 3 veces al año, y el resultado esperado para una persona con Diabetes tipo 2 debiera ser menor al 7%.

La glicemia capilar mide la glicemia en una gota de sangre, la cual se obtiene al pinchar un dedo con una lanceta, y es indispensable para las personas que usa insulina. Las lecturas entre 4 y 7mmol/L antes de las comidas y menores a 10mmol/L después de éstas indican un buen control.